PREPARARSE VA A SER CLAVE PARA NO SUFRIR LAS CONSECUENCIAS
Hablar de Brexit ya no es ninguna novedad. Tras la nueva prórroga establecida para enero de 2020, se deja entrever la dificultad de consenso entre la Unión Europea y Reino Unido.
A pesar de que parezca que una salida sin acuerdo puede acarrear serias consecuencias sociales, políticas y económicas (entre otras) a ambas partes, todavía no están tan claras las consecuencias aduaneras de una posible salida sin acuerdo, desde aranceles a las importaciones europeas hasta cambios estructurales empresariales para dar cobertura a esta nueva situación.
Contexto económico
Según datos del Observatorio de Complejidad Económica (OEC), en 2017 España exportó bienes por valor de $296B e importó una cifra estimada de $332B dando como resultado una balanza comercial NEGATIVA. Es decir, España es un país principalmente importador.
Dentro de esos $296B, $20B se destinaron a Reino Unido (el 7% de las exportaciones). Esto no es de extrañar, pues el principal socio comercial de España es la Unión Europea, siendo receptor del 65,7% de las exportaciones españolas (según datos del Instituo Nacional de Estadística).
En 2018, de acuerdo con los datos del Ministerio de Comercio, las principales exportaciones a Reino Unido pertenecen al mercado intraindustrial y, de manera descendente, están relacionadas con estos sectores:
- Bienes de equipo (+4B)
- Automóviles. Este sector va a sufrir las peores consecuencias de una salida sin acuerdo. Se estiman unos aranceles a la importación de entre el 10 y el 16%.
- Alimentación y tabaco (casi 4B)
- Semimanufacturas
- Textil (1B)
Consecuencias inmediatas de un Brexit sin acuerdo
Al margen de la subida de aranceles que es la consecuencia más obvia, hay otras que aunque son más o menos evidentes, suponen una gran preparación para las empresas:
Inglaterra dejará de ser un país comunitario y pasará a ser un país tercero a todos lo efectos
Con fecha 23 de octubre de 2019, la Comisión Europea publicó una serie de textos legales que adelantan la inclusión de Gran Bretaña e Irlanda del Norte en la lista de países terceros autorizados a introducir productos perecederos y animales vivos en la Unión Europea.
Esto quiere decir que ya no tendrá consideración de estado miembro y podrá dejar de pertenecer a la unión aduanera, que le permite realizar intercambios de mercancías sin formalidades aduaneras y sin aranceles a la importación.
Exportaciones e importaciones
Los intercambios de bienes dejarán de ser considerados como entregas y adquisiciones intracomunitarias para ser importaciones y exportaciones. Es decir, será obligatoria la presentación de una declaración de aduanas.
Como se ha dicho antes, hasta ahora una empresa española cuya actividad económica se sustenta en la entrega de bienes a Reino Unido no necesita de alguien que realice despachos de exportación pues ambos países pertenecen a la unión aduanera. En cambio, con el Brexit, esta empresa requerirá de los servicios de, al menos, un representante aduanero si no cuenta con medios propios para realizar el despacho de aduanas. Aquí ya se estaría exponiendo a un desenbolso (ya sea porque contrate a personal cualificado en su plantilla o lo subcontrate) que, con Reino Unido como parte de la Unión Europea, no tendría que realizar.
Despliegue económico para aumentar la seguridad en sus fronteras
El territorio británico tendrá que reforzar sus fronteras para controlar las entradas y salidas de bienes, con todo el impacto económico que supondrá.
Reino Unido comprende la isla de Gran Bretaña e Irlanda del Norte, territorios que pasarían a estar fuera del panorama europeo dejando a toda la isla de Irlanda en una situación complicada. Hasta el momento los intercambios entre estos dos territorios suponían simplemente un movimiento físico de las mercancías, pero con un Brexit duro será necesario un control exhaustivo de los mismos (controles documentales y físicos de las mercancías, controles paraduaneros, contingentes, etc.).
Nuevas identificaciones
Es requisito para realizar cualquier formalidad aduanera (tanto de importación como de exportación) disponer de un número EORI (Economic Operator Registration and Identification number) asignado por una autoridad aduanera competente.
Para operadores que quisieran realizar actividades comerciales con Reino Unido una vez efectuada su salida de la Unión Europea, deberán solicitar este número a través de este link.
En caso de que el operador que exporte desde España NO esté establecido, por ejemplo, una empresa establecida en China, deberá solicitarlo en cualquier Dependencia de Aduanas e Impuestos Especiales presentando este formulario. Junto a él, deberá aportar su pasaporte (si se trata de persona física) o un documento original o copia certificada del Registro Mercantil, Cámara de Comercio u organismo similar del país donde esté establecido certificando, con los datos del formulario y con una vigencia inferior a 6 meses, que está establecido en ese país.
Certificados y Autorizaciones
Los controles de entrada y salida de las mercancías no se centrarán en la recaudación de aranceles e impuestos, también llevarán consigo las famosas barreras no arancelarias. Controles sanitarios, fitosanitarios, de seguridad, farmacéuticos, etc.
Será obligación de ambas partes conocer los requisitos para el intercambio de las mercancías, contar con las licencias suficientes, cumplir con las demandas de cada paraduanero (normas de etiquetado, calibrado, normas de seguridad, etc.) y con todos los documentos que sean necesarios para la obtención de licencias y autorizaciones paraduaneras. Sobra decir que, en caso de que el operador opte por requerir los servicios de un representante aduanero, ha de proporcionarle toda la información y todos los documentos necesarios para que sus productos sean declarados y controlados correctamente.
En resumen, es vital para todos los operadores económicos (y la ciudadanía en general) conocer las consecuencias de un posible Brexit sin acuerdo como una opción que está encima de la mesa. Adelantarse a los hechos hará a las empresas más competitivas (pues podrán conseguir una estructura procedimental y administrativa capaz de asegurarse una actividad más efectiva y con unos márgenes mayores) y puede revertir esa balanza comercial negativa, convirtiendo al Estado español en uno de los principales países exportadores de productos originarios de la comunidad europea al Reino Unido.